Poços de Caldas. La imagen de la tranquilidad y de la buena vida.
Pero la aparente tranquilidad se ve rota al menos dos veces al año, con motivo de la celebración del Encuentro Nacional de Actividades Físicas (ENAF). En abril se celebró la 40ª edición del ENAF (allí estuvimos, y así lo contamos).
Esta vez, con motivo del puente del Pilar (cumple de Chimo, je je), la ciudad se ha revolucionado con la celebración de la edición 41. Una vez más, la ciudad se llena de musculitos y nenas en ropa de gimnasia...
El viernes 13 (día de mala suerte en Brasil), por aquello de cambiar de restaurante cada noche, nos pasamos por la cervecería Montana. La comida y bebida no están mal, pero los camareros...Los pobrecitos, aunque ponen todo su interés, no están hechos para servir. Que torpes son...
Después de la cena, nos pasamos por el Chilis, pero en un fin de semana como este estaba ya hasta arriba, así que tuvimos que pasar al plan B (bar New York).
El bar New York es un bar de los de toda la vida. Con sus mesas de madera, música en directo... La entrada cuesta 10 reales (4 euros). Te dan tu tarjeta para ir apuntando todas tus bebidas, y ¡ay como la pierdas!, te tocaría pagar 200 reales de multa...
Al entrar estaba bastante lleno, así que nos hicimos un huequito junto a un grupo de 4 chavalas, y nos quedamos junto al escenario donde pronto habría concierto. Los amigos sobrevivieron con la cerveza, yo me pasé a la caipirinha. Aquí es donde probé mi primera caipirinha de morango (fresa). No es como la de kiwi, pero se gana un merecido segundo puesto en mi lista de preferencias.
Al cabo de un rato comenzó el concierto. Un pequeño grupo formado por bajo, guitarra, batería y un cantante que vivia apasionado las canciones (eso sí, no miró ni una vez al público).
Mientras tanto, una de las chicas, Gabriela, la más gordita, me acosaba empujada por los litros y litros de alcohol en sus venas. Esquivé como pude sus embistes, y dejé que le robase los instrumentos al grupo y que se uniese a ellos. Estuvo genial el concierto, genial el bar, y genial la caipirinha...
Al cabo de un rato, dejamos a las chavalas y nos pusimos rumbo al Santa Rosa. De nuevo mucha gente, y nos tocó esperar una larga cola para poder entrar. En la cola entablamos conversacion con un grupo de chicas encabezado por Michele. Las chicas nos tomaban el pelo, y nosotros se lo tomábamos a ellas. Total, nadie entendía lo que hablaba el resto.
Para entrar, de nuevo a dar datos personales y a recoger la ficha personal para las bebidas.
Estuvimos un buen rato bailando (como me gusta la música del Santa Rosa. Dance, house y similares con una magnífica iluminación). Y en uno de esos momentos, mientras mi colega me pedía mi tarjeta de las bebidas para pedir algo, decidí poner en marcha el baile de la lambada. Parece complicado unir el baile sensual de la lambada con música dance, pero no lo fue tanto. Conseguí que la chica aguantase conmigo unos 10 minutos...y para cuando me quise dar cuenta mis amigos me habian abandonado.
Así que estuve como media hora bailando con las niñas. Cuando el agotamiento pudo conmigo quise pedirme algo en la barra. Error: mi tarjeta de bebidas la tenía el compañero. Error: sin la tarjeta no podía salir del local sin pagar una multa.
Así que seguí bailando con las medio-desconocidas medio exhausto, sediento, y pensando como salir del sitio. Finalmente mis colegas aparecieron y ya pude descansar un pokillo de tanto baile. Uffff....
Total: Un gran concierto, una gran discoteca, y todo muy animado.
Ya pondré alguna fotillo relacionada. Y mañana, más sobre el sábado 14...