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jueves, abril 20, 2006

Viaje a Rio de Janeiro

Aquí teneís una descripción del viaje a Río. ¡Que lo disfrutéis!

/***** VIAJE DE POçOS A RIO *****/

De Poços de Caldas a Río de Janeiro hay unos 450 Kms escasos. El problema es que las carreteras están en muy mal estado. No son autopistas ni autovias: son carreteras locales que suben y bajan por las montañas. Carreteras de dos sentidos donde apenas caben dos coches a la vez y donde te puedes encontrar gente paseando, caballos, burros, carros, bicis...
Aparte de eso, es muy díficil hacer mantenimiento de esas carreteras, con lo cual te encuentras agujeros de todos los tamaños, que representan un peligro constante. ¡Un despiste y te caes por la ladera de la montaña!

Curiosamente saliendo el viernes santo a las 7 de la mañana en 6 horas nos presentábamos en Río, lo cual lo considero un éxito total. Además aunque temíamos que el tráfico estuviese espantoso todo el mundo en Río se había ido fuera de vacaciones, así que la ciudad no tenía ni un sólo coche. Perfecto.
El hotel que escogimos estaba muy bien, a unos 10 minutos andando de la playa Copacabana.
Nada más llegar preguntamos la mejor forma de ir en coche a los dos sitios más famosos (Cristo Redentor y Pão de Açúcar).
En 10 segundos teníamos un taxi en la puerta que por el módico precio de 75€ nos llevaba a donde quisieramos durante toda la tarde. Nos parecía el timo de la estampita, pero como Río parecia peligrosa decidimos subirnos al vehículo.
Fue un éxito total, ya que aprovechamos la tarde al máximo. El táxi nos llevaba de puerta a puerta a cualquier sitio, y el táxista era de padre español y nos trató estupendamente.

/***** VIAJE DE RIO A POçOS*****/

El domingo nos acercamos a unas playas cercanas que nos habían comentado que eran muy bonitas. Pero pillamos sin querer un baden (no son como los de Majadahonda: son un pegote de cemento sin pintar y que puede alcanzar una altura de 50 cms sin problema). Oimos un golpe en los bajos. Nos paramos y vimos gotear algo que parecía agua. Circulamos un poco más y dejó de gotear (normal: es lo que se llama vaciado del circuito). Aún no sabemos que pudo ser aquello. Pero después de esperar dos horas a una grua quedamos con el gerente de la compañia de alquiler en que partíriamos hacia Poços y si nos pasaba algo ya nos mandarían una grua y un taxista.
Total: salíamos ya oscureciendo hacia Poços en un coche que fugaba algo, con unas carreteras que eran infernales, ¡y lloviendo!.
Bueno, no se como pero llegamos a Poços sin problemas, y aun a día de hoy el coche no nos ha dejado tirados. Si hacemos otro viaje pediremos amablemente que nos lo cambien...

Y esto es todo sobre Río. Salvo el incidente del domingo, el viaje estuvo genial. Río de Janeiro no es tan peligroso como lo pintan (sobretodo si eres español, que yo creo que somos un poco más espabilados en esos temas). Tomando las debidas precauciones, lo único que tendrás que hacer es rechazar a los miles de indigentes y niños que te piden dinero por las calles. Eso, y no andar solo s de noche por calles indebidas.

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