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lunes, julio 31, 2006

De Madrid al Cielo: Back to the third world...

Aquí tenemos otra gran experiencia con el consulado de Brasil. Para que luego digan que soy yo solo...

Me cogí el día libre. Sabía que sería una larga batalla así que no quise prometer "llegar tarde" cuando lo más cierto es que me pasaría todo el p... día allí.
Sí... después de pasar el mes pasado ensayando irme al Consulado Brasileño, hoy no he tenido más remedio que despertar pronto y hacer cola porque mi pasaporte está practicamente caducado y con lo lentos que son, puede que no me envien el nuevo hasta 2010.
Exagero? Pues sí. Porque casi mejor pensar en lo peor cuando el tema es la burocracia brasileña. Porque yo puedo vivir en España y casi tener la nacionalidad, pero hasta el momento mi pasaporte es verde y soy una niña del tercer mundo.
Y paseos por el consulado recuerdan - a los que acaso se olvidan, no es mi caso - que nuestro pais no pertenece al tercer mundo por casualidad: el desprecio y la falta de respeto a los ciudadanos no te dejan duda y si hay la mínina posibilidad de putearte o de dificultar el proceso, lo harán.
Así que antes de irme miré todos los documentos de la página web. Ya me pareció bastante sorpreendente que tuvieran una página web y más, sería un milagro que la información disponible estuviera correcta. Así que nada, envié un email pidiendo que me confirmaran que la documentación necesaria era efectivamente la que ponían allí (surrealista, pero necesario) y también el plazo de dos meses(!!!) para la entrega del nuevo pasaporte porque tenía que irme a Alemania en junio.

Al rato me contestan. Sí! Hay alguién que se dedica a contestar los correo. ¡Genial! ..Bueno, sería genial si aparte de contestarlos, dedicaran tiempo a leerlos antes. La respuesta a mi pregunta fue que mejor dejar que se caducara mi pasaporte y solicitar una autorización de retorno y renovar el pasaporte allí en Brasil.
¿QUE??????????????????
Ahora la cosa toda ya me sonaba más familiar. O sea, tienen página web, alguién que contesta los e-mails que como me dieran la información que he pedido desconfiaría que mi email se había ido parar por error en el consulado de Bélgica. Pero no. Les he vuelto a escribir y no han hecho ni caso, ninguna respuesta - como buenos funcionarios que son.
Hoy, con toda la documentación necesaria según la página web, llego por vuelta de las 8h15. Muy bien. Hace sol pero estamos a cero grados. El consulado abre a las 10h (supongo que será porque el fuso tiene que coincidir con la hora de Brasília).¿ Que hacer? Pues nada más que cola. Hay cinco almas que han llegado antes que yo. Cojonudo. Lo guay es que la cosa está montada para que esperemos en la calle, porque los muy capullos no abren la puerta. Y no penséis que llegué pronto por amor al arte. El consulado abre de 10h a 13h y sólo atienden aquellos que cojan el numerito, y sólo dan 30 numeritos.
De las 8h15 hasta las 10h15 me quedo en la calle esperando. Con los cascos puestos e intentando no establecer contacto de ningun tipo. Los brasileños tenemos la mala costumbre de contar nuestra vida a cualquiera. Y más todavía en situaciones como esta en las que la gente se aburre como ostras - más bien como osos polares porque hacía un frio que yo pensaba que me iba morrir.
Entro, un rato de pié y me finalmente, me atienden! Pienso : la cosa no va tan mal. Pero :
- Hacen falta tres fotos, ¿porqué has traído dos?
- Porqué ponía en la página web.
- Pues habrá que arreglarla.
- Pues sí.
- Y tu, hacer otra foto.
Lo sabía, lo sabía!!!!!!!!!!!!!! Era pedir demasiado que la información de la pagina estuviera bien. Ya sé que os parecerá raro. Para que veáis como funciona una mente acostumbrada a resignarse. Yo sabía que iba a faltar algo. Lo daba por hecho. Tanto que le no le dije ni mu y salí a pagar la tasa del banco (37,50 euros) y hacer la foto.
De la foto me niego hablar porque salí penosa. Además, la piba del consulado no sé si por mala leche o por costumbre, me dió la dirección equivocada del banco donde tenía que pagar la tasa y pasé un rato buscandolo como una tonta - hasta que la lógica - la misma que la piba parecía desconocer, me llevó a la sucursal que estaba en frente al consulado.
Pero casi casi. Todo pagado, otra cola para llevar el comprobante, pero esta ya sin numeritos y sin orden, claro. A mi lado una pobre chica australiana intentaba preguntar sobre el visado a Brasil. Nadie hablaba inglés y casi le digo que lo deje, que se vaya a Argentina. Pero nada, se me acerca un chico, o mejor chica.
Un chico con tetas, vamos. Y me pregunta unas cosas sobre el pasaporte. Le explico que cosas tiene que traer y pagar y claro, me empieza a contar su vida. Sabía que no debería quitarme los cascos, pero soy una chica educada. Me cuenta que tenía que haber venido otro día, pero que claro, tuvo que hacer no sé qué y luego operarse. ..
Humm operarse... soy discreta y no le pregunto de que. Pero lo supuse porque se estaba tocando los pechos. Me pareció raro que se tocara tanto, pero a mi, como si se tocara el pie. Sólo quería irme de allí.
Pero el camino hasta mi nuevo pasaporte, es largo y lleno de baches.
- Es que me he operado las tetas.
Sonrío.
- Que te parece?
- Pues bien.
- Ahora las tengo como tu.
(Porqué yo??? )
- Bueno, pero las tuyas son naturales no?
Sonrío con angustia, entre el reirme y echarme a llorar, cuando justo en este momento oigo la palabra mágica:
- Próxima.
Increíble. Después de cuatro horas tengo 40 euros menos, algunos nervios hecho trizas, la promesa de un pasaporte nuevo en dos meses y una duda cruel:
¿ha sido o no ha sido una pregunta retorica?


De Madrid al Cielo: Back to the third world...

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